Conoce la importancia de la exfoliación para tu piel y aprende los trucos para hacerla en casa
Es sabido por todos que la exfoliación es un paso clave para mantener una piel sana, jugosa, suave, tersa e hidratada. No obstante, muchas veces no tenemos presente este paso dentro de nuestro ritual de belleza habitual, incluso puede que lo tengamos asociado exclusivamente a tratamientos en centros de belleza.
Después de leer este post, verás lo fácil que es exfoliarte en casa y la importancia de la exfoliación para que tu piel se regenere y para que las cremas y sérum que suamos aporten todos sus pricipios ativos a nuestra piel. Empecemos por el principio:

¿Cada cuánto tiempo debería exfoliarme?
La frecuencia adecuada de exfoliación depende de muchos factores tal y como vamos a ver a continuación, pero como regla general, deberás exfoliarte una vez al mes si tienes piel joven sin problemas de acné, una vez a la semana hasta los 40 años y dos veces a la semana a partir de los 40 años.
En caso de tener una piel con tendencia a irritaciones o muy seca, puede que con una vez al mes o cada 15 días sea suficiente, y recomendamos utilizar siempre exfoliantes súper suaves que cuiden tu piel.
¿Por qué es necesaria la exfoliación?
Exfoliarse consiste en desprenderse de las células muertas y desintoxicar la piel para incentivarla a que se regenere más rápidamente. Activamos la circulación sanguínea y aceleramos el proceso de regeneración de la piel, consiguiendo una piel suave, luminosa, con un tono unificado, sin poros abiertos, sin espinillas y sin manchas. En resumen, conseguimos tener una piel nueva más rápido.
Las células muertas que no se caen crean una capa rugosa que hace que la piel no esté suave ni luminosa. Estas células obstruyen los poros, impidiendo una adecuada oxigenación y dificultando el proceso de regeneración de la piel, con lo que va perdiendo densidad y se vuelve más delicada. Además, al dificultar la respiración de la piel, hacen que sérums, cremas y tratamientos no puedan penetrar por completo y puede causar piel seca e irritada. La exfoliación ayuda a tu piel a regenerarse antes y a mantener la piel más luminosa, suave y del mismo tono.
¿En qué consiste el ciclo de regeneración de la piel?
Los científicos estiman que se desprenden de la piel unas 30.000 o 40.000 células cada hora aunque no podamos verlo. Con lo cual, al final del día, nos desprendemos de casi 1 millón de células cutáneas.

Las células de una piel joven tardan unos 28 días en llegar a la superficie, aunque este tiempo puede variar en función de la alimentación que se lleve, de la exposición a los rayos solares UV, del estrés o de la falta de sueño. Esto implica que la epidermis (capa externa de la piel) se renueva constantemente cada 4 – 8 semanas. Este proceso se va ralentizando con el paso de los años, y eso se ve claramente en el tiempo que tarda la piel en sanar heridas como rozaduras, cortes o golpes.
Una piel madura necesitará más tiempo para la regeneración celular que una piel joven. Esta es la razón de que en la piel se acumulen más células muertas, porque el proceso es más lento. Y de ahí la importancia de realizar exfoliaciones una o dos veces a la semana cuanto más mayores nos hacemos.
¿Cómo incluyo la exfoliación en mi rutina de belleza?
Lo ideal para que no se te olvide nunca, es establecer los días de la semana o del mes que vas a realizarte la exfoliación. Por ejemplo: los lunes y jueves, o todos los domingos, o el día 1 y 16 de cada mes… Para realizar una exfoliación corporal, lo más cómodo es hacerlo mientras te duchas. Sin embargo, para realizar la exfoliación facial, recomendamos realizarla cuando aplicas tus cosméticos, justo después de la limpieza y antes del sérum o crema hidratante.
Si quieres sacar el máximo partido de tu momento de cuidado personal, te recomendamos que abras los poros antes de la exfoliación con un baño de vapor y que después de la exfoliación te apliques una mascarilla hidratante o una capa generosa de un sérum intensivo, cubras el rostro y esperes 15-30 minutos. Después ya puedes seguir con tu rutina de hidratación y en su caso, de maquillaje.

¿Cómo me aplico el exfoliante?
Como regla general, antes de utilizar un exfoliante deberás humedecer tu piel o aplicar un baño de vapor y después aplicar el producto mediante masajes delicados ejerciendo una presión justa para no romper la piel pero retirar el exceso de células muertas. Los movimientos suelen ser circulares y pequeños.
Te puedes ayudar de esponjas o cepillos especiales para la exfoliación si te es más cómodo, pero asegúrate de que esté bien limpio y que no tenga bacterias. Después de dejar reposar unos minutos sobre la piel, se procede a retirar el producto mediante aclarado. Éste es el momento ideal para aplicar un tratamiento intensivo a tu piel, bien sea hidratante, tensor, antiarrugas… ya que tu piel absorberá mucho mejor los principios activos.
Nosotros siempre aconsejamos que te exfolies por la noche para no ir con prisas. Tómate el tiempo necesario para relajarte y disfrutar del ritual completo. Además, por la noche tu cuerpo se regenera, con lo que amplificarás el resultado de la exfoliación y de los cosméticos que te apliques después. De cualquier forma, en caso de que decidas exfoliarte por la mañana, recomendamos no exponerte al sol durante unas hora o utilizar un protector solar de al menos SPF30 para salir a la calle.
Por último, queremos ofrecerte unas recomendaciones básicas, como evitar ponerlo sobre la piel irritada, con heridas, quemaduras o cuando esté recién depilada. También hay que prescindir de aplicar el exfoliante en el contorno de tus ojos, puesto que esta piel es mucho más fina y podrías obtener una reacción indeseada.
No obstante, siempre debes seguir las instrucciones de uso del producto elegido.

¿Qué exfoliante elijo?
Hay tres tipos de exfoliación:
-Exfoliación mecánica o scrub: son partículas de mayor o menor tamaño dentro de geles o mascarillas, que eliminan el exceso de células muertas mediante arrastre. Estas pequeñas pero a la vez notables partículas, se frotan contra la piel para realizar la exfoliación. Este método es muy usado en todo tipo de pieles, aunque dependiendo del tamaño de las partículas, puede resultar agresivo en pieles más finas.
– Exfoliación enzimática: Su textura es suave, sin gránulos. El peeling enzimático purifica la piel en profundidad sin ser abrasivo, con lo que es perfecto para pieles sensibles, secas y con acné. Funciona humedeciendo y suavizando la capa que mantiene pegadas las células muertas en la piel.
– Exfoliación química: Están compuestos de ácidos (en general AHA de frutas o BHA-salicílico) que despegan las células muertas. Pueden ser un poco agresivos, aunque depende del porcentaje de ácidos que tenga el exfoliante. Los porcentajes muy altos se utilizan sólo por médicos y especialistas de la belleza para hacer los peelings más profundos.
Además de los tipos de exfoliación, hay ciertos factores que hay que tener en cuenta:
-El exfoliante elegido debe ser el adecuado para tu tipo de piel y para la zona donde se va a utilizar. Ten en cuenta que algunos exfoliantes son más abrasivos que otros por la concentración de producto activo y el tamaño de los gránulos también puede variar.
– Hay exfoliantes hechos con ingredientes 100% naturales en el mercado que aportan y garantizan una apariencia saludable a la piel. También hay exfoliantes con gránulos artificiales hechos con microplásticos que son altamente contaminantes para el medio ambiente.
-Los exfoliantes se pueden encontrar en muchos formatos: líquido, en sérum, en gel, en mascarilla, en polvo… elige el que más te guste

Nuestra recomendación
Te presentamos el Exfoliante 3 en 1 Enzimático con Perlas de Jojoba de KUMUI. Hemos optado por formular un exfoliante en polvo compuesto de 100% ingredientes activos y naturales, fusionando los 3 tipos de exfoliación: enzimática, mecánica y química, y aportando principios activos beneficiosos para la piel. Conseguimos así una exfoliación completa y profunda, pero a la vez suave, que regenera la piel sin estropearla.
Su formato en polvo permite ajustar la cantidad requerida para cada parte del cuerpo, siendo posible añadir más cantidad para zonas con la piel más gruesa y mantener a la vez una exfoliación delicada en el rostro. Un único producto vale para exfoliar todas las partes de cuerpo. Además, al prescindir del agua en este cosmético, reducimos considerablemente el tamaño del envase, con lo que generamos menos residuos en el medio ambiente, ocupamos menos espacio en tu baño y lo puedes llevar siempre contigo en el neceser. Y de paso, preservamos mejor la capacidad exfoliante de las enzimas naturales.
Para aplicar el Exfoliante 3 en 1 Enzimático con Perlas de Jojoba, sólo tendrás que humedecer tus manos y echar sobre la palma de la mano la cantidad de producto que quieras utilizar. Al estar concentrado, una pequeñísima cantidad de exfoliante en polvo es suficiente para áreas extensas. Mezcla el polvo con las dos manos hasta formar una espuma suave y agradable y aplícala sobre la piel mediante movimientos circulares evitando el contorno de los ojos y mucosas.
Dependiendo de la zona que quieras tratar, podrás presionar más o menos sobre la piel. Por ejemplo, para codos y talones puedes presionar lo que quieras, pero para una exfoliación facial, recomendamos un masaje muy suave y que sea el exfoliante enzimático el que haga casi todo el trabajo. Deja actuar entre 2 y 10 minutos y luego enjuaga con agua.
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