A continuación enumeramos los puntos clave para aportar tu granito de arena al planeta. No te pedimos que cambies tu vida de una forma drástica. Sólo te damos algunas ideas para que modificando algunas costumbres muy sencillas de tus rutinas cotidianas, puedas comenzar a dejar tu huella en el planeta:
8 buenas prácticas para ayudar al ecosistema en tu vida cotidiana y dejar tu huella en el planeta

1. Recicla lo máximo posible y de forma correcta
No obstante, en este caso aplicamos para el reciclaje el mismo refrán que tenemos para la limpieza: “No es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia”. Pasa lo mismo con el reciclaje: Es mejor intentar reducir los desechos en tu vida cotidiana y reutilizar todo lo que puedas
– Lleva tus propias bolsas de algodón ecológico o tejidos reciclados al supermercado o comercio habitual y si has tenido que comprar una bolsa de plástico, utilízala todas las veces que puedas.
– Elimina los plásticos de un solo uso de tu vida cotidiana. Utiliza pajitas de acero inoxidable, productos desechables de papel en lugar de plástico, tuppers de cristal, ten una botella pequeña de cristal para ir rellenando en lugar de comprar continuamente botellas de plástico pequeñas…
– Reutiliza las cajas que recibes con los pedidos de internet. Si no es posible, asegúrate de reciclar bien la caja separando la cinta adhesiva y grapas.
-Intenta ejercer un consumo responsable y compra productos en tu día a día que necesitas y que vas a consumir. Además, fíjate en la cantidad de desperdicios que salen de ciertos productos e intenta elegir el que menos desechos produce.

2. Consume la energía necesaria sin despilfarrar
– Llena bien tus electrodomésticos antes de utilizarlos, no los pongas a media carga. Aprovecha los programas ECO siempre que puedas.
– Compra electrodomésticos eficientes y responsables con el medio ambiente. Cuando tengas que renovarlos, fíjate siempre en su clasificación energética.
– Utiliza luces de bajo consumo o LED para reducir al máximo el consumo de energía. Recuerda apagar la luz cuando salgas de una estancia.
– Mantén una temperatura agradable en casa. Demasiado frío en verano o demasiado calor en invierno no tiene sentido ni para el ecosistema ni para tu bolsillo ni para tu piel. Ventila sólo el tiempo necesario para que la temperatura no cambie drásticamente. En verano ventila cuando el aire es más fresco y en invierno aprovecha cuando los rayos de sol calientan el ambiente.
3. Practica medidas de ahorro de agua
– Revisa tus grifos y tuberías regularmente para que no goteen ni tengan fugas.
– No dejes el agua corriendo si no lo estás usando
– Cierra el grifo mientras te cepillas los dientes
– Cuando friegas, intenta enjabonar todos los útiles primero y luego aclararlos a la vez
– Es mejor ducharse que bañarse en cuanto a gasto de agua. Además ten cuidado con los tiempos en la ducha. Cuando dejes correr el agua para que salga caliente, estate atent@ para comenzar la ducha en cuanto empieza a correr el agua caliente.
4. Separa tus residuos y llévalos al contenedor o punto limpio adecuado
– Ten distintos cubos o zonas para cada tipo de desperdicio y asegúrate de que estás separando y reciclando correctamente. Ten una caja apartada para las pilas y productos más contaminantes. ¡Recuerda que la ropa también se recicla!
– Si tienes alguna duda sobre algún residuo en concreto, puedes mirarlo en internet o llamar al teléfono de Atención a la Ciudadanía de tu ayuntamiento donde te resolverán dicha duda.
– Si tu residuo no es apto para ningún contenedor cercano, tendrás que llevarlo a un Punto Limpio o llamar al ayuntamiento para que vengan a recogerlo. Ten especial cuidado con todos los productos electrónicos y sobre todo los que tienen baterías. Recuerda: tus residuos peligrosos deben ser gestionados por una entidad autorizada.
– Si no tienes contenedores de reciclaje en tu zona y se hace muy difícil llevar los desechos hasta un punto adecuado, no dudes en hablar con tu ayuntamiento y colaborar así con tu barrio. Con hacer una llamada o enviar un email con la solicitud es suficiente. Incluso en sus webs suele haber un apartado para peticiones.

5. No utilices el coche cuando no sea necesario
– Está claro que muchas personas necesitan el coche en su vida cotidiana, pero no todas y no para todo. Intenta llevar una vida menos sedentaria haciendo todos los recados posibles andando o en otro medio como la bicicleta, patines, patinete eléctrico… Y si tienes que ir a un sitio en coche para hacer un recado, intenta buscar el sitio más cercano a tu casa para contaminar menos e intenta hacer los recados en una única zona.
– Utiliza transporte público si es posible. No esperamos que tardes 1 hora más en ir a trabajar todos los días, pero si la diferencia es de 5 minutos… igual merece la pena probar. Es un gusto poder dedicar ese tiempo a lo que quieres en lugar de estar en incómodos atascos.
– Comparte el vehículo con compañer@s de trabajo.
– No aceleres demasiado el coche si no es estrictamente necesario
6. No uses indiscriminadamente el desagüe para deshacerte de los desperdicios
– Los productos tóxicos no se pueden tirar por el desagüe ya que contaminamos el agua.
– Los productos de limpieza no se deberían tirar por el desagüe por la misma razón a no ser que sean biodegradables.
– Intenta utilizar productos biodegradables en tu cuidado diario como gel de ducha, champú, fijadores de pelo, cremas corporales… El impacto de una persona es mínimo, pero si sumamos los desechos de toda la población, estamos hablando de muchos litros de agua.
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